viernes, 24 de agosto de 2012

UN CLASICO CERO



NEWELL´S OLD BOYS Y ROSARIO CENTRAL, NOS ABURRIERON CON UN 0 A 0. NADIE QUERIA PERDER, EL PUNTERO HIZO POCO, EL CANAYA INTENTO UN POQUITO MAS.

Como todo derby rosarino, el miedo a no perder es el principal protagonista, más aún si uno de los dos marcha en la cima del campeonato. El elenco rojinegro tenía como premisa mantenerse bien arriba, y el único resultado que lo desfavorecía era perder, por eso el marcador final termina siendo un buen negocio, a pesar que los de Polenta quedaron en deuda futbolística.
Para el canaya, ganar era un batacazo porque está en el tren de los que pelean, un poco lejos es cierto, pero una victoria ésta tarde, lo iba a dejar un poco más cerca.
Un primer tiempo insufrible, muy friccionado, con CENTRAL presionando la salida de su rival en la mitad de cancha, pero sin contundencia ofensiva, Resler que tuvo un par de oportunidades de remate, pero no las aprovechó. Lo más peligroso fue un tremendo remate desde la medialuna del área de F. Palma, que se estrelló en el travesaño, nada más. Por el lado de la lepra, el solitario H. Altolaguirre, disputando cada bocha con el colombiano Pastor, como si fuera la última, pero no inquietó al guardavallas Petrich.


La parte final, tuvo mayor intensidad, pero no fue para ilusionarse con ver un buen partido. Como en el comienzo, la visita tuvo el manejo de la pelota y el terreno, en los primeros 20 minutos fundamentalmente empujado con las trepadas de V. Salazar, que llegaba hasta el área y centraba buscando un compañero bien colocado, que nunca encontró.
En el último tramo, los dueños de casa, tuvieron mayor control y con algunos cambios intentó aproximarse al arco contrario, G. Bochichio tuvo algunas corridas importantes, pero poco ofensivas.
El pitazo final de Gonzalo Ferrari, de muy buen arbitraje, en líneas generales tuvo mayor cantidad de aciertos que desaciertos, siempre dejando fluir el juego, sus asistentes C. Ferreyra y C. Dascanio fueron correctos en sus apreciaciones.
Poco para destacar en la tarde del viernes, por el local: la insistencia y las ganas que pusieron H. Altolaguirre y F. Castro. Por la visita: Y. Pastor Gomez Andrade (siempre difícil de superar) y V. Salazar de proyección permanente por su andarivel.
Un partido para olvidarse rápido, pero muy parecido a tantos otros de los últimos tiempos, los clásicos son así, cerrados y con temor a no perder.

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